8/21/2014

Blight: Capítulo 5

El Capitolio era tan grandioso como lo habría imaginado. Nada más salir del tren, la gente se avalanzando sobre nosotros. Éramos los nuevos tributos. Todas las miradas estaban dirigidas a nosotros, por si acaso alguno llegaba a ser el vencedor del los Juegos este año.
Pasamos a paso rápido entre la multitud y las cámaras mientras Jara y Ray susurraban y soltaban bufidos por lo bajo. ¿Como debía de ser llevar cada año a dos niños a la muerte? ¿Te encariñarías con ellos? ¿Sabías que no tenían muchas oportunidades? Porque a decir verdad no las teníamos. Solo hacia falta girar la cabeza para ver a los espléndidos tributos de los Distritos profesionales. Uno, dos y cuatro.
Tras el recorrido por las calles atestadas de gente, llegamos a un edificio. No me fijé demasiado en él, ya que estaba maravillado viendo las calles y las extrañas personas que habitaban en aquel lugar, con sus ridículos atuendos y sus vientres planos.
Luego, sin darme cuenta, pasé de estar en manos de mis mentores a los de una persona muy extraña. Ella me condujo por más pasillos hasta llegar a una sala de paredes blancas. Cloe ya no estaba conmigo. Ni Jade ni Ray. Ni siquiera Crassa Glist.
-Bueno... ¿tu eres Blight no?-Dijo la mujer, una vez en la habitación. Me hizo una señal para que me tumbase en una camilla y tras ella aparecieron otros dos hombres.
-S-si...
La voz me temblaba, y me sentí estúpido. Ella me sonrío dulcemente, demostrando amabilidad.
-Estos son Albus...-El hombre de piel azul y pelo largo trenzado de color rubio antinatural hizo un gesto con la cabeza.- y Didus... -El otro hombre situado a la izquierda de la mujer asintio. Este tenía la piel bronceada, con tatuajes rojos por los brazos y un extraño atuendo. Sus cejar, eran rojas como el fuego pero tenía el peo rapado por los lados. Solo le quedaba en la cabeza una estrecha linea de corto pelo del mismo color que sus cejas. - Yo me llamo Atella, y estamos aquí para ponerte guapo en todos tus eventos.
-¿Eventos?
Atella ignoró mi pregunta y prosiguió. Vestía de blanco, su piel era blanca, hasta su pelo era blanco como la nieve. Sus ojos, eran de un frío azul blancuzco, parecido al hielo. Parecía un fantasma.
-Hoy, cuando llegue el resto de tributos...-Hablada pausadamente y muy, muy lento. Comenzaba a molestrame.- ...por la noche, será el desfile. ¿Sabes lo que es el desfile?
-Sé lo que es el desfile. -Dije cortante, y con tono brusco. No estaba hablando con un niño de tres años.
-Hoy en el desfile, la ropa, te la habré diseñado yo. Y vas a estar... vas a estar--- hum... -me miró entrecerrando los ojos.. Espléndido. ¿No creéis?
Albus y Didus asintieron a la vez y sonrieron mostrando sus dientes. Los de Albus eran de un blanco perfecto, en cambio los de Didus eran dorados. ¿Se había cambiado también los dientes? Cada minuto que pasaba, creía que estaba en una ciudad de locos más aún.
-Ahora hay que arreglarte... -Prosiguió Atella.
-Estás hecho un desastre chico.-Fue Albus el que acabó su frase.
-No podemos dejar que salgas así...-Didus habló, acercándose a mi y tocándome el pelo.-Quizá habría que cortar.
Temblé. ¿Sería capaz de cortarme el pelo como él. No, no podían... Ningún tributo salía mal en sus desfile ¿no? Esperemos que no sea el primero.
-Cuando acabemos de arreglarte Didus y yo, verás tu traje. Atella es una gran diseñadora.
Atella sonrió, y se marchó. Y yo no entendí nada, solo que querían ayudarme a verme más guapo.






Hola! Este capítulo es algo más corto ya que no tengo mucho tiempo de escribir ahora. Espero que os haya gustado, y os recuerdo que el último día para los concursos es el 1 de Septiembre. ^^

4 comentarios:

  1. Holaaa!!! TU HISTORIA ES GENIAL ♡.♡ me encanta como escribes. Te pasas por mi blog? micuartovasallajedelos25.blogspot.com

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  2. Holaa!!
    Te he nominado a unos premios, te pasas para responder a las preguntas?

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